DISERTACIONES PARTICULARES SOBRE LA MUERTE

*** EN CONSTRUCCIÓN ***


LA MUERTE


Dedico este escrito a Jesús, un buen amigo de mi hijo que tuvo que partir con prontitud, dejando en sus padres una bello recuerdo, y a Benjamín, aquel pequeñín que decidió partir antes de nacer, pues prefirió perseguir la Luz de Dios, y que ha iluminado mis pensamientos por tantos años. Algún día nos encontraremos y ese día te podré abrazar como nunca pude.

Inevitablemente,
el Destino en algún momento nos obligará
a conseguirnos con la amiga de nadie,
y ante ella,
solo la eternidad podrá brillar o
la nada se impondrá.


La disertación filosófica sobre el tema de la Muerte se puede trazar hasta el inicio de la civilización humana. Es un tema que nos compete a todos, pues todos como humanos somos mortales.

Qué es lo que motiva que en un momento cualquiera, el Alma se desconecte del cuerpo, y el cuerpo inerte y sin vida tan solo deje de funcionar. Por qué se produce la disociación del Alma humana y su habitáculo. Quién es el que pasa el switch de apagado en cada uno de nosotros en ese momento. Quien administra la lista, las fechas, las horas. Como se produce el sorteo, cuyo premio nadie quiere aceptar. Por qué ante lo inevitable, aquellos que adelantan por voluntad propia la partida, son castigados con la penalidad eterna; acaso el tomar la última decisión consciente frente a un sufrimiento insoportable no es suficiente para Dios; ese momento de fragilidad humana debe ser pagado con el  sufrimiento eterno.



El pasado 20 de enero, luego de haber participado en un evento político, llegué a mi casa y mi esposa me recibió con una triste noticia. Un compañero de grado de mi hijo –Jesús- falleció luego de varios días de estar hospitalizado. No sabíamos ni siquiera que estaba enfermo. La noticia me llenò de una profunda tristeza. Para un hombre, para un padre, la muerte de un muchacho tan joven es una catástrofe. Imagino el dolor de su padre a quien conozco, el dolor de su madre, el vacío de sus hermanos.

Jesús, espero que donde estés, tu Alma pueda interceder por tus padres ante Dios, para que los llene de consuelo.
Que Dios te Bendiga.


Humanamente venimos pre programados para tolerar la partida de quienes nos antecedieron en este mundo… pero hay algo en nuestra condición humana que no permite, que no admite la perdida de un hijo. Imagino el dolor y la tristeza, el sufrimiento y la amargura, la sensación de vacío perenne, las lagrimas aguantadas a cada momento. Solo lo imagino y es una terrible la experiencia.



Miles de hijos venezolanos han muerto en los últimos cuatro años producto de la campaña sistemática de dominación implementada por orden de los cubanos, y llevada a cabo por Maduro. Eso que están haciendo en Venezuela se llama GENOCIDIO.

Miles de inocentes sacrificados ante la máxima expresión de maldad en nuestro continente, la dictadura de Maduro.

Un bebe recién nacido, sale del vientre materno, donde sobrevivir fue todo un reto, y fallece por que no se consigue material para esterilizar el pabellón, o porque las incubadoras están dañadas, o por lo que sea. Su alma abandona su frágil cuerpo sin haber podido sentir lo que significa VIVIR, sin haber permitido que sus padres lo llenaran de amor y de atenciones, como se las merece cualquier bebé.

Sentirá la muerte dolor ante la labor cumplida. Sentirá pena o angustia ante por su desempeño. Es la muerte una puerta al más allá. Es la vida un requisito para ella… No se puede morir, si no se ha vivido.



Por que mueren los niños, por que Dios se empeña en llevarse a un inocente, teniendo en su lista millones de miserables que podrían partir sin dejar ningún vacío. Perdón Dios por cuestionarte, pero la marca que deja la partida de un inocente en el corazón de un hombre bueno, es una marca que no se borra, que no se olvida, que no se cura, ni se calma.


Veo el hambre que millones hoy sufren. Yo mismo y mi familia hemos sido víctimas de esta terrible crisis. En dos años perdí 22 kilos sin hacer dieta.


Que puede haber hecho un ser humano, para merecer tan terrible muerte como la que se produce como consecuencia del hambre.

Miles de venezolanos fallecen a cuenta gotas, decenas al día mueren por hambre. Sus Almas imploran al Creador por su intercesión en esta Tierra de Gracia. Pero nosotros los hombres, necios y prepotentes hemos puestos intereses mezquinos por encima de nuestra fe, y por encima de toda conducta decente.


En Dominicana algunos cretinos bailan pegaos con los representantes del genocida, pensando que el merengue dominicano y los dólares americanos podrán suplantar el espacio dejado por sus pútridas almas, que esperan su día para morar en el infierno. Un poco de decencia y consideración con los millones de venezolanos que sufrimos ha sido mucho pedir.

Ante la muerte no lloréis,
pues de dolor han llenado esta patria,
y con dolor partirán.
Por una eternidad sufrirán,
pues así lo han querido.
¡Malditos sean!

Qué motiva a un hombre o mujer a quitarle la vida a otro ser humano por un par de gomas o un teléfono. El asesinato es un pecado imperdonable y el alma del asesino se oscurece ante tan detestable acto.

La Muerte, ese gran testigo de nuestro transitar por la tierra, es la máxima expresión de igualdad. Ante ella no hay diferencias. Para ella es intrascendente si eres hombre, mujer o transgènero. Es insignificante si eres acaudalado o pobre, inteligente o estúpido, trabajador o un vago, capitalista o comunista; ante ella todos somos iguales; ante ella todos deberemos comparecer.

La Muerte, el puente a nuestra otra vida. El incomprensible transitar por el oscuro valle, que nos llevará a campos fértiles, valles llenos de luz, en donde nos recibirán aquellos que ya partieron con sus brazos abiertos y llenos de Amor.

En ese instante, cuando tu alma, por Voluntad del Creador debe desprenderse de tu cuerpo, que siente el cuerpo, que siente el Alma. Cuál es el mecanismo. Es como dicen algunos, como quedarse dormido. Tus ojos fijos ante el firmamento, con sus pupilas dilatadas, mirando la Eternidad, dan testimonio de tu partida, ante aquellos que aquí quedan, y ellos con dolor, deben dar trato justo a tu antigua humanidad, y de luto cubrir sus almas, ante tu partida. Ya no te verán más, hasta no atravesar el Valle de las Sombras. Ya no podrán sentir tu amor, tu calor, tus risas, tu voz, tu aliento, tus alegrías y tus tristezas… ya no te verán más… Serás un recuerdo perenne en su alma, que durante el transito por esta vida, quedó marcada con tu presencia. Tus ojos atestiguan tu partida, tus ojos mirando por siempre a la Eternidad.



¡En Dios Confío!


Alexander Acosta Guerra
Idea conceptualizada a partir del 01 de febrero de 2018

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