SAVANNAH
Después que nosotros perdimos a Benjamín, un 18 de septiembre de 2009, yo tuve la oportunidad de “verlo” o eso creo, en un sueño. Estaba acompañado en el sueño de mi abuelo materno “Pachú” (que se veía muy joven) y otra persona, un varón; los tres estaban sentados en un muro de concreto que hay en la casa de la Mesa de Esnujaque, en la parte de atrás de la casa, y los tres me sonreían. Benjamín en esa ensoñación era flaco, como yo de joven; era moreno, más oscuro que su hermano Alejandro y su rostro, sobre todo la boca, me hizo recordar a su tía Katherine. Era un flaco bello, tenía una sonrisa bella.
Eso me dio algo de paz en medio del dolor por la pérdida de mi hijo, el afirmar que está bien en otro sitio basado en la Fe.
Su imagen se ha ido desvaneciendo con el tiempo en mi mente, y eso me molesta. No poderlo recordar bien.
Ayer, no sé cómo, Yacquelina generó con IA (Inteligencia Artificial) el rostro de otro de uno de mis cuatro bebes que no nacieron, Savannah.
La imagen de mi bebita es hermosas. Es una niña de tez clara, con ojos azul-grisáceos, grandes y expresivos, pelo lacio castaño oscuro, la boca es como la de sus hermanas. El generador de IA la vistió con ropa como si fuera del oriente ruso, de Siberia o Mongolia. Es hermosa la imagen; cómo hizo la IA, no sé, pero lo que creó fue hermoso. No sé si Savannah hubiese sido así, posiblemente sí. Se parece a sus hermanas. Hubiese sido hermosa.
Algún día los conoceré a los cuatro, en la Eternidad los veré.
Los amo mis Ángeles; Benjamín, Mauricio, Savannah y Alberto, ¡Que Dios me los Bendiga y los lleve con Bien! Los Amo.
Papá.
Barranquilla, 01 de noviembre de 2023
Comentarios
Publicar un comentario